
viernes, 13 enero 2017
ENTREVISTA: Guadalupe Caraballo, la joven violinista que llegó a Cartagena a trabajar por sus sueños
Guadalupe Caraballo Sánchez es una bumanguesa radicada en Cartagena de Indias desde el año 2015; a sus tan solo 19 años tiene un amplio recorrido que incluye un viaje a España que nutrió sus conocimientos en música y le ayudó a fortalecer sus sueños. Lupe, como la llaman sus amigos, desea hacer su propia música, mezclar sonidos contemporáneos y clásicos, y que sus melodías acompañen películas de cine y obras de teatro.
¿Dónde empezaste a estudiar música y cómo lo alternaste con tus estudios escolares?
Empecé a estudiar música desde que tenía cuatro años porque a mi mamá siempre le gustó que tuviera cercanía con las artes, ella me llevaba a ver teatro, cine y conciertos; fue gracias a ese acercamiento que resulté entrando a la Academia Musical Dana Moreno en Bucaramanga y posteriormente a Tocata, lugar donde tomé clases de gramática e iniciación musical y donde conocí el violín. Debido al nacimiento de mi hermano tuve que suspender mis clases y retomé hasta que cumplí 13 años e ingresé a la Sinfónica del Magdalena Medio, que fue una gran escuela. En ese tiempo estudiaba violín sola y practicaba algunas escalas, guiándome por videos, luego de terminar mis tareas escolares. El año en el que me gradué me dediqué a estudiar música por las noches, ya que en las tardes hacía las tutorías en Cuerdas Frotadas y no me quedaba casi tiempo. Fui autodidacta
Cuéntanos acerca de tu recorrido en los distintos grupos musicales de los que has hecho parte.
Mis inicios fueron con la Sinfónica del Magdalena Medio en el año 2011, allí estuve tres años bajo la guía de Arnulfo López. Con el apoyo de la Alcaldía de Barrancabermeja, el maestro López logró constituir un grupo de niños y jóvenes que participaban en los eventos de la ciudad. Con ellos viví una de mis mejores experiencias, viajé a Burgos, España, a hacer un intercambio de los ritmos musicales sinfónicos de Colombia con la música europea, en la Escuela Integral de Música de Burgos. Luego del viaje finalicé mi proceso con esa sinfónica y en el 2014 me uní al proyecto de Cuerdas Frotadas de la Caja de Compensación Familiar de Barrancabermeja – CAFABA y a la Banda Sinfónica del 26 de abril como tutora, allí junto con los maestros Celso Mora Rocha y Silvio Doria, respectivamente, dimos clases a algunos niños a quienes organizamos por algunos instrumentos como viola, violines y cellos, y les enseñamos diferentes técnicas, ritmos y melodías. Desde que empecé a estudiar en la Escuela Bellas Artes, en el 2015, he estado vinculada a los distintos ensambles académicos y grupos que han nacido ahí, la Orquesta Cámara de Bolívar es una de ellas.
Nómbranos algunos proyectos en los que hayas participado recientemente.
El año pasado hubo unas clínicas instrumentales en Bellas Artes a las que se unieron estudiantes de música de diferentes universidades. Mis compañeros de violín y yo nos vinculamos a ese proceso que nos llevó a hacer dos conciertos con la Sinfónica de Bolívar dirigida por el maestro German Céspedes, que además, contaron con la participación de dos importantes solistas invitados: el violonchelista ruso Denis Shapovalov y Rubén Darío Reina, uno de los violinistas más representativos del panorama musical Iberoamericano.
Actualmente tengo un grupo de ensamble de música contemporánea llamado “Estandarte”, de formato flauta, violín, Guitarra y percusión menor, con ellos hemos participado en el Festival de Jazz de Mompox y en distintos eventos. Mis ensayos los alterno entre este grupo y mi más reciente proyecto: La Orquesta Sinfónica de Cartagena – OSC.
¿Qué obras y qué músicos te inspiran a ser la mejor en lo que haces?
Me gustan mucho los músicos del clasicismo y el romanticismo, para mí, Beethoven, Mozart, Kreisler, Paganini, Seitz, Bach, y Coreli son inspiradores, me gustan las cuatro estaciones de Vivaldi, también los bambucos, el jazz y por supuesto, el poema sinfónico “La Pequeña Suite” del cartagenero Adolfo Mejía, pero en especial hay un compositor al que admiro porque ha compuesto más de un centenar de piezas para cine, él es John Williams, que entre otras, compuso la banda sonora de Star Wars y la Lista de Schindler.
¿De dónde surge la idea de crear tu propia música basada en la combinación de música clásica y contemporánea?
Bueno, yo toco a menudo piezas clásicas durante mis clases en la Universidad y en cambio cuando estoy con mis amigos tocamos música contemporánea. La idea que tengo es hacer algo innovador, en donde se utilicen técnicas y métodos clásicos y se le dé un nuevo color a la música que se escucha hoy en día. De hecho, con mi grupo intentamos tomar obras y hacerles nuestros propios arreglos; las convertimos en jazz y en diferentes ritmos que encajen en nuestro estilo.
¿Qué obras te gustaría interpretar y con qué orquestas y directores?
Quiero interpretar obras colombianas, para mí lo principal es que sean piezas con mucho sabor y ritmo, ese sabor que nos caracteriza a los colombianos. Ojalá llegue a ser parte de la Sinfónica de Colombia, pero si tengo la oportunidad de salir del país, me encantaría hacer parte de la Orquesta Juvenil de las Américas y de la Filarmónica de Berlín; también sería muy bonito y significativo ser dirigida por el maestro Gustavo Dudamel, uno de los directores de orquesta más importantes del mundo. Ese sería mi sueño, ojalá no esté tan lejano.
¿En qué escenario del mundo te gustaría presentarte, cuál es el escenario de tus sueños?
Fíjate que no he pensado aún en un escenario específico, lo que sí he pensado es que tiene que ser muy grande, con mucho espacio para que el público asistente pueda deleitarse con mi música. Quisiera recorrer distintos escenarios en muchos países.
¿Finalmente, qué es lo que más te gusta de ser músico?
Lo que más me gusta es estar rodeada de gente y conocer maestros de los que extraigo conocimiento y a los que les aprendo muchos trucos y tips que son importantes para mejorar mi manera de tocar e interpretar. De esta manera también me doy a conocer en el entorno musical y van conociendo mi talento. La verdad es que muchos aspectos en los que he mejorado con mi instrumento se los debo a los consejos que he recibidos de los maestros que he conocido a lo largo de mi recorrido, especialmente de Felipe Gallón, mi maestro de violón en Bellas Artes. Las clases magistrales han sido primordiales para pulir mi técnica y abrir mi manera de ver y entender la música.